El
Presidente George W. Bush enfrenta una ‘Guerra Santa’ (Jihad)
sin precedente declarada por el fundamentalismo islámico para
‘honrar’ a Alá, lo que suena a capítulo de “Las mil y una
noches”. El odio histórico que se ha ido gestando contra
los Estados Unidos en países como Siria, Líbano, Irán, Afganistán,
Irak y Sudán, ahora en la mira de la superpotencia americana
recrudecido por el apoyo a ultranza que EU le concede a Israel
en su guerra contra el Estado Palestino de Yasser Arafat, ha
sido capitalizado por el “Enemigo Público No. 1” de los EU:
Osama bin Laden, poseedor de una fortuna estimada en $3,000
millones de dólares, cuyo movimiento Al-Qaida, creado
en 1980 y con células en varios países y organizaciones guerrilleras,
se rige por un discurso vengativo y extremista (“Frente Islámico
Mundial por la Guerra Santa contra el deber de todo musulmán
de matar a los ciudadanos estadounidenses –civiles o militares-
y sus aliados donde quiera que estén”) que explica la actitud
de los kamikazes que se lanzaron en aviones de American
Airlines y United Airlines contra las torres del World Trade
Center y contra el impenetrable Pentágono. El exdirector
del FBI en New York James K. Kalstrom reconoció, tras el atentado
en la ‘Gran Manzana’ que “...ésta es una antigua guerra que
llegó a un nuevo campo de batalla”.
A
pesar de que el mandatario norteamericano expresó querer a bin
Laden “vivo o muerto” (“...yo busco justicia. Esto es como los
viejos afiches del lejano Oeste que según recuerdo proclamaban:
“Se busca vivo o muerto”...”), y con todo el aparato militar
que empieza a movilizarse para cazarlo (varios destructores
y portaaviones con misiles teledirigidos de crucero “Tomahawk”
como el “Enterprise”, el “Corl Vinson”, el
“USS Vincenes”, el “USS Curtis Wilbur”, el “USS
Kitty Hawks”se han concentrado en el mar arábigo además
del inminente arribo de dos portaaviones nucleares, el “Stinnis”
y el “Constelation”, más siete submarinos y 40 destructores
mientras se alistan los 38,000 marines entrenados para
guerra antiterrorista de los 120,000 que militan en la base
naval de Pendleton de San Diego y los 40,000 elementos de las
fuerzas especiales incluyendo ‘rangers’, ‘boinas verdes’,
los SEAL de la Armada y los grupos tácticos de la Fuerza
Aérea), difícilmente lograrán capturar al líder mundial del
terrorismo islámico el que, según el presidente Talibán de Afganistán
Mulla Mohammad Omar”...bin Laden no es capaz de algo
así”, respaldando lo señalado por el propio fundamentalista
según un cable difundido por la agencia Afghan Islamic Press:
“Estados Unidos me señala con el dedo, pero categóricamente
que no he hecho esto”, tras haber abandonado la ciudad de Kandahar
junto con sus cuatro esposas y sus hijos para ocultarse en una
base secreta del país afgano.
El
Vicepresidente Dick Cheney, coincidiendo con el general Colin
Powell, secretario de Estado y ‘héroe de guerra’ tras su incursión
en la guerra del Golfo Pérsico, señalan con el dedo ígneo a
bin Laden como el autor del genocidio donde murieron más de
5,000 inocentes, aunque reconocen que el enemigo es “invisible”,
que está oculto y balcanizado en células por todo el mundo por
lo que la guerra contra el terrorismo mundial será prolongada,
lo que enfatizó el propio Bush durante su programa radial de
la semana pasada tras señalar que aquellos que decidieron hacer
la guerra contra Estados Unidos “...escogieron su propia destrucción”,
enfatizando que “...estamos planeando una campaña amplia y sostenida
para dar seguridad a nuestro país y para erradicar totalmente
el demonio del terrorismo y estamos decididos a conseguir el
fin de este conflicto...yo no me conformo con un acto simbólico;
nuestra respuesta será fuerte, sostenida y efectiva”. Tambores
de guerra a toda intensidad, ni más ni menos.
Noam
Chomsky: una guerra para beneficiar a los ‘halcones’
Mientras
el Secretario de la Defensa Ronaldo Rumsfeld señala que la mejor
defensa es un ataque devastador contra los santuarios de los
grupos terroristas, el experto en política internacional y profesor
del MIT Noam Chomsky, cuyas teorías sobre gramática generativa
revolucionaron el concepto de la lingüística contemporánea,
comenta que estamos ante un nuevo tipo de guerra que beneficiará
a los “hombres duros” de EU y sus contrapartes: “...el ataque
terrorista fue un asalto mayor contra los pueblos pobres y oprimidos
de todo el mundo. Los palestinos serán aplastados por esto.
Es un regalo a la derecha dura jingoísta estadunidense,
y también a la de Israel....Estados Unidos ahora está planeando
el tipo de guerra a que está acostumbrado el Oeste. Eso es,
realizar algún ataque masivo en contra de otros. Pero el problema
esta vez es que probablemente será diferente. Eso es lo que
desea bin Laden y otros como él, ataques masivos. Responderán
probablemente con más ataques terroristas. Cosas como la ocurrida
el martes (11 de septiembre) son en verdad imparables... ¿Qué
difícil piensan que sería, por ejemplo, meter una bomba de 15
libras de plutonio a través de la frontera mexicana o canadiense?
¿Estaría más allá de sus talentos o los míos o de terroristas
sofisticados? Eso es a lo que estamos invitando” (La Jornada;
15-IX-01).
Norman
Mailer observa, en las ocho columnas del diario anterior (17-IX-01)
que “...con la guerra Estados Unidos será el país más odiado”
tras agregar, en otro medio: “Si somos inteligentes, tales como
Israel comenzaremos ahora a pensar con mayor claridad sobre
el enemigo sin Estado como una amenaza a nuestra seguridad nacional.
Quizá, luego de las obligatorias y simbólicas represalias ,
que serán tan inefectivas como las de Israel, nuestro presidente
ocupará más tiempo hablando sobre lo real –una vigilancia mundial
en materia de inteligencia y cumplimiento de la ley- que depende
de un mundo cuidadosamente construido a partir de alianzas,
y menos acerca de la amenaza del juego de computadora de un
misil nuclear proveniente de un estado suicida rebelde, al cual
podremos manejar desde la soledad del cuarto de las misiones
difíciles” (L.A. Times Sindícate; Cambio; 16-22 Septiembre,
2001, No. 15)
Lo que avizoran ambos pensadores desde ópticas distintas que
tienden a converger, es que deben desecharse las viejas estrategias
del pasado fincadas en la ‘ley del Talión’, como diría Carlos
Fuentes, que solo generarán más y más violencia en una espiral
kafkiana, para asumir una visión más inteligente y apegada
al Derecho Internacional, lo que resulta difícil de aceptar
para una sociedad condicionada por la cultura de la televisión
y por thrillers tipo “Duro de matar” (I:1988;
II:1990; III: 1995; IV: 1999; Dir. John McTierman y Renny Harlin)
y “Contra el enemigo” (1999; Dir. Edward Zwick), que
claman por venganza y que esperan un golpe espectacular no muy
alejado del escenario de una bomba nuclear sobre el país afgano
para que sirva de lección a todos los terroristas de religión
musulmana (árabes e islámicos).
Bush,
clásico pistolero del Viejo Oeste contra Bin Laden
En
forma más que dramática, y al clásico estilo hollywoodense,
el Presidente Bush lanzó la arenga vengativa: “Han atizado
el poderío del pueblo americano y vamos a atraparlos, no importa
lo que cueste”, obligando al gobierno de Mulla Mahommed
Omar a convocar a un consejo islámico de alto nivel en la ciudad
de Kabul, capital de Afganistán, con líderes religiosos para
decidir la entrega de Osama bin Laden, lo que se antoja imposible
dado el propio poder de movilización del jefe del terrorismo
mundial vía su organización Al-Qaida quien seguramente
cuenta con un amplio número de ‘vías de escape’ para hacerse
humo a los ojos de sus perseguidores conscientes que enfrentan
a un enemigo “invisible”: la red de redes del terrorismo mundial
balcanizado en infinidad de ‘células’ en 60 países, según datos
proporcionados por Donald Rumsfeld.
Pero
suponiendo que sea atrapado vivo el líder del fundamentalismo
islámico, que los propios EU revivieron al fortalecer con armas,
dinero e ideología a los guerrilleros comandados por bin Laden
durante la invasión de Rusia a Afganistán en los 80s esperando
hacerse de un país aliado, este hecho provocaría una violenta
reacción por parte del terrorismo mundial, como lo avizora Noam
Chomsky. Y si es entregado “muerto”, como reza el cartel del
Viejo Oeste citado por Bush (“Se busca vivo o muerto”), no tardarían
en resurgir otros bin Laden, como las cabezas de la hidra que
se reproducen tras ser cortadas, lo que profetizó el propio
jefe afgano en una entrevista anterior, quien abandonó la ciudad
sureña de Kandahar junto con sus esposas e hijos para refugiarse
en una base militar oculta.
En
un documento dado a conocer por el Departamento de Estado en
abril de 2001 titulado “Informe Global sobre Terrorismo”
citado por la revista Proceso (No. 1298; 16-IX-01), se
revelan datos sobre 29 organizaciones terroristas, de las que
14 son de tendencia extremista islámica, responsables en su
conjunto de 423 atentados de “terrorismo internacional” que
dejaron un saldo de 405 muertos, señalándose en el informe la
lista de los “terroristas más buscados” destacando, aparte de
Osama bin Laden que encabeza la lista, los chechenos Shamil
Basaev, Yusuf Krimshamhalov y Magomed Salikhov, así como Eric
Robert Rudolph de EU. Por naciones, las ‘patrocinadoras’ las
encabezan Irán, Irak, Siria, Libia, Cuba, Corea del Norte y
Sudán. ¿Qué tipo de ‘guerra’ o de ‘Cruzada’ deberán diseñar
el Consejo de Seguridad Nacional de Bush y sus aliados europeos
para enfrentar a esta red de ‘enemigos sin Estado’ dispuestos
a ofrendar sus vidas en operativos kamikazes como lo
hicieron en los atentados del 11 de septiembre?. Definitivamente,
una ‘guerra inteligente’ diseminándose en infinidad de ‘microfrentes
de guerra’ para enfrentar las ‘células’, lo que requerirá apoyarse
más en métodos no convencionales como lo son las fuerzas de
‘Operaciones Especiales’, lo que señaló Ronald Rumsfeld, antes
que en los métodos tradicionales a los que usualmente acude
el gobierno norteamerticano para dirimir conflictos, como son
los bombardeos y el despliegue de tanques y barcos de guerra
en territorio enemigo. Erradicar la ‘red de redes’ del terrorismo
mundial que abarcan más de 60 países resulta misión más que
imposible, por lo que se habla de una ‘guerra prolongada’ donde
habrá revires y represalias semejantes, quizás, al ‘efecto
World Trade Center’. Dick Cheney, el Vicepresidente, comentó
que la ‘nueva guerra’ (‘Tercera Guerra Mundial’) será diferente
a las tradicionales: “...es muy importante que la gente entienda
que esta es una proposición a largo plazo, que no será como
la Guerra del Golfo Pérsico o “Tormenta del desierto”
en que sólo hubo cuatro días de combate. Este va a ser el tipo
de trabajo que probablemente tome años, porque el foco no es
únicamente sobre un individuo. El problema aquí es terrorismo”.
¿Una guerra tipo “Matrix”?.
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